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Siete curiosidades ñoñas en las calles de Medellín


Medellín, palabras más palabras menos, es una colcha de retazos de tres millones de habitantes. Como toda ciudad grande -la segunda más importante de Colombia, para más señas- ha recibido oleadas de migrantes en busca de las oportunidades que les fueron negadas o quitadas en otros sitios. Esto, sumado a la quebrada y agreste topografía medellinense (traducción: todo queda en una puta loma) hizo que el trazado urbano fuera irregular y que lo que ahora son barrios antes fueran cambuches de invasión.

Resulta que en medio de ese desorden territorial se gestaron muchas curiosidades, confusiones y disfuncionalidades en las calles de Medellín. En algunas, los urbanistas de la ciudad tuvieron que botar cabeza para resolver la situación de la manera más digna. En otras, simplemente no sabemos bajo los efectos de qué opiáceo estaban. Este artículo no pretende ser más que una guía para los sufridos mensajeros y domicilios de la ciudad, que han tenido que dar pizzas gratis o preguntar como judío errante por una dirección. Así mismo pensamos que puede ser útil para usted, sea que esté intentando llegar a un sitio o esté hablando popó con amigos y veinte botellas vacías de Pilsen sobre la mesa.

De ayer nomás la foto, no existía aún la Fiscalía (fuente)

El centro (o los centros) de la ciudad.
El centro de la ciudad, desde el punto de vista institucional, se limita a lo que es la comuna 10 -conocida también como la comuna Candelaria-. Para algunos de los que vivimos aquí, el centro solo son esas cinco o diez cuadras donde se consiguen camisetas de fútbol chiviadas, cobijas ecuatorianas y vicio adornos decembrinos. Para otros tantos, el centro de la ciudad son los parques donde los migrantes y los medellinenses de primera generación se reúnen a bailar, escuchar música y conversar con una cajetilla de Pielroja y media de Niquelado. ¿Quién tiene la razón? Todos. La gente decide la manera en la que se apropia o no de los espacios. Pero desde aquí sugerimos dos posibles centros exactos de la ciudad.

Colombia con Palacé: Es el cruce de la calle 50 con la carrera 50. Allí se encuentran actualmente el Banco de la República, el Banco Popular, el monumento a Pedro Justo Berrío, el Parque Berrío y los tipos que venden bolsos, mochilas y maletines. ¿Por qué sería el centro exacto de la ciudad? Hace décadas, cuando el Parque Berrío seguía siendo el corazón de la ciudad y no una plazoleta atestada de cosquilleros, fue desde ese punto exacto que se empezó la numeración de las calles y carreras de Medellín.

Punto Cero (no el motel homónimo): Según esta teoría, el centro de la ciudad no queda en la comuna 10 sino entre Robledo y Castilla. ¿Por qué? El intercambio vial de Carabineros / Roundpoint de Coca-Cola / Puente de Punto Cero es el kilómetro cero de la ciudad, es decir, desde allí se miden todas las distancias desde y hacia Medellín. Ejemplo de esto es que ahí la Autopista Norte pasa a llamarse Autopista Sur. Asimismo, por allí pasó durante años la mayor parte del transporte público de la ciudad y fue un punto vital del transporte hacia el occidente (Urabá), Norte (Costa Atlántica) y Sur (Eje Cafetero y Valle del Cauca) del país.

Y sí: es roundpoint en vez de rompoy. O bueno, más fácil glorieta. En fin, sigamos.

Cruce de la Avenida 80 con la Avenida 33, glorieta de Santa Gema (fuente: Google Streetview)

Una culebrita de Nokia llamada Avenida Ochenta.
El tipo que diseñó el trazado de la Avenida Ochenta seguro aspiró unas olorosas esencias. Es decir: por obvias razones (repetimos: el diseño de los barrios y la montaña) no podía ser totalmente recta, pero su nomenclatura causa numerosas y curiosas confusiones. A las pruebas nos remitimos. La carrera 80 (o Avenida Ochenta) nace en lo que se conoce como Parque de la Cruz, entre los barrios Kennedy y Alfonso López, al noroccidente de la ciudad. Casi un kilómetro más adelante, al pie del San Juan Eudes, pasa a llamarse Diagonal 80 durante algunas cuadras. La carrera 80 sigue sin modificaciones hasta la glorieta con San Juan, en La América.

Ahí, por cosas del destino, la Avenida Ochenta pasa a ser la carrera 81, mientras que tres cuadras más abajo (donde nace la transversal 39B o Avenida Nutibara) es la carrera 80. Es decir: puedes estar buscando una dirección en la Ochenta pero si bajas tres cuadras llegas a la ochenta. Pero bueno, volvamos a la ochenta (cuac): la Avenida sigue su curso hasta el Consumo de Belén donde vuelve a ser la carrera 80. Pero esto es solo hasta la Clínica Saludcoop: ahí la Avenida Ochenta es en realidad la Diagonal 79B… y sí, un par de cuadras arriba hay una Diagonal 80. A la altura de Gran Vía se convierte en la diagonal 75B y sigue así hasta antes de Campos de Paz donde la vía cambia totalmente de orientación y se convierte en la Calle 2 Sur (!!!) hasta que la Avenida Ochenta desemboca en la Carrera 65.

Avenida Oriental con Avenida La Playa (fuente)

Direcciones imposibles.
No sabemos quién fue el drogadicto encargado de la Avenida Ochenta. Lo que sabemos es que no era el único drogadicto encargado de avenidas céntricas. La Avenida El Palo es la carrera 45 y la Avenida Jorge Eliécer Gaitán (más conocida como Avenida Oriental) es la carerra 46. Es decir: son contiguas y corren paralelas, por lo que en teoría es imposible que se crucen.

Decimos “en teoría” porque eso no importa en la ciudad más innovadora del mundo. En la Glorieta de San Diego, El Palo y la Oriental se cruzan antes de convertirse en la Avenida El Poblado.

La Avenida 33 en Bulerías, convertida en atractivo turístico: fue piscina olímpica en temporada navideña (fuente)

Otra avenida con crisis de identidad.
Un ejemplo parecido al de la Av. Ochenta se da con la 33. La calle 33 nace en lo profundo de Belén, más arriba de La Castellana. Sí, ese sector donde uno no sabe si es un barrio súper elegante por sus torres estrato 5 o si es un barrio peligrosísimo por las balaceras que se escuchan ahí nomás. La Avenida 33 sigue su curso sin modificaciones hasta la Glorieta de Exposiciones, ahí al pie de Plaza Mayor. ¿Qué pasa? La Avenida 33 se convierte en la calle 37 (de hecho más al sur, por el Hospital General, hay una calle 33 paralela a la Avenida 33).

La Avenida 33 que en realidad es la calle 37 termina en la Glorieta de San Diego (la misma donde se cruzan la Oriental y El Palo) convirtiéndose en la Avenida Las Palmas.

Ir manejando detrás de un bus de Itagüí y otras 999 formas de morirse de rabia (fuente)

Y otro cambio de nombre.
Esto en realidad no es secreto para nadie, pero por el nivel de ñoñez de este artículo había que mencionarlo: la Avenida Ferrocarril (que nace entre el Parque Norte y la vieja estación del tren) pasa a ser la Avenida Guayabal en ese viaducto larguísimo que arranca en el Palacio de Exposiciones y Plaza Mayor convenchon center (según la gringa del Metro) y se termina en el Cerro Nutibara, tras cruzar el Río Medellín.

Una dirección cualquiera en la vereda Barro Blanco, Santa Elena (fuente: archivo personal)

Los límites de la ciudad.
Si bien parte de los municipios aledaños a Medellín han continuado con la nomenclatura de la ciudad (por ejemplo en Sabaneta podemos ir a la 79 Sur), hasta hace poco los corregimientos de Medellín tenían nomenclatura propia. Estos recientemente han ido incorporando la nomenclatura ya existente y, basados en esto, les mostramos hasta dónde llega Medellín:  

Al Norte: La Quebrada La Madera en el margen occidental del río y la calle 126A (esto queda en el Popular 1, limitando con Santa Rita) en el margen oriental separan a Medellín de Bello.

Al Occidente: Podríamos decir que Medellín se termina en la carrera 150, un camino veredal en el corregimiento de San Cristóbal, casi llegando al Túnel de Occidente. Claro, San Sebastián de Palmitas pertenece a Medellín, pero tiene nomenclatura propia.

Al Sur: En la calle 73 Sur, en San Antonio de Prado, se termina Medellín y empieza La Estrella.

Al Oriente: Las direcciones en Santa Elena son más o menos lo mismo de incomprensibles que en Laureles. Después de una visita al área por parte de la redacción de 7claps.com, visita que fue amenizada por una cantidad ya peligrosa de empanadas de iglesia con ají, concluímos que la Carrera 53 A Este es la última vía de Medellín antes del límite con Guarne.


Algún lugar (?) en la Avenida Nutibara, Laureles (fuente)

Laureles, también conocido como Mordor.
Que nos perdonen los habitantes de ese bello y acaudalado sector de la ciudad, pero ir a Laureles significa perderse varias veces, caminar, dar vueltas bobas, chequear Google Maps en cada esquina o pagar taxi para andar dos cuadras. A más de un viejo habitante de la ciudad le escuché decir que si había que abandonar una mascota bastaba con dejarla en una esquina de Laureles para que no volviera a aparecer. Si me preguntan, tienen razón ellos.

El origen de todo este desmadre, eso sí, es sencillo: la Universidad Pontificia Bolivariana se construyó en forma circular (o algo así) solo cortada a un lado por la Avenida Bolivariana. Y gran parte del barrio debió seguir el trazado circular de la universidad. Para resolver este embrollo a estas vías circulares se les llamó, efectivamente, Circulares. Y las vías que cruzan las Circulares que no son ni Calles ni Carreras se les llamó Transversales. ¿Complicado? Sí, pero todavía falta: el Segundo Parque de Laureles (sí, porque Laureles tiene dos parques) también fue diseñado de forma circular, y las vías que lo circundan también son Circulares, pero no siguen el conteo de Circulares que venía de la UPB.

¿Tiene dolor de cabeza leyendo esto? También yo describiéndolo. Y no te imaginas el dolor de cabeza que da estar parado en la Circular 5, caminar una cuadra y llegar a la Calle 41. O estar en la esquina de la Carrera 74 con Circular 74. O que al lado de la Avenida 37 esté la Carrera 76... en fin. Paremos antes de nos dé una embolia.